Los homínidos han evolucionado desde formas similares a los
chimpancés hasta el humano moderno (proceso de hominización). Los cambios han
afectado a diversas características anatómicas y funcionales, como la bipedestación, adquisición
del lenguaje articulado o incremento del volumen cerebral.
- Caminar
erguido: la bipedestación se utiliza para diferenciar entre el linaje
de los homínidos y el de los simios.
- Posición del
foramen magnum: es orificio del cráneo por donde pasa la médula
espinal, señala el lugar en el que se inserta la columna vertebral. En los
homínidos el foramen se orienta hacia abajo y en los simios hacia atrás.
- Disposición de
la cadera: en los homínidos los fémures se dirigen oblicuamente desde
las caderas hasta converger en las rodillas, en los simios se disponen
verticalmente, manteniendo muy separadas las rodillas.
- Cambios en el
pie: el pie de un chimpancé es parecido a nuestra mano, tiene el
pulgar oponible. La adaptación a la bipedestación supuso el alargamiento del
pie y el pulgar se alineó con los demás dedos, que redujeron su tamaño
perdiendo casi toda su capacidad de agarrar objetos.
El pulgar más largo proporciona más fuerza y habilidad
(pinza de precisión).
- Encefalización
y ciclo vital: el incremento del volumen cerebral generó problemas,
durante el parto la cría atraviesa la parte inferior de la pelvis (canal del
parto). La adaptación al bipedismo implicó un estrechamiento de la pelvis y el
incremento del tamaño cerebral dificultó el parto. A costa de adelantar el parto
los homínidos incrementaron el tamaño de su cerebro.
- Aprender a hablar: solo los seres humanos
tenemos un lenguaje articulado. Para hablar hace falta tener capacidad mental y
disponer del aparato fonador. Dos áreas del cerebro están relacionadas con
nuestra capacidad de hablar, ambas se encuentran en el hemisferio izquierdo. El
cerebro no fosiliza, puede dejar en la cara interna del cráneo unas impresiones
que permiten conocer algunas características.
No hay comentarios:
Publicar un comentario